Girona tiene todo el encanto de las grandes ciudades pero sin multitudes, una ciudad hecha a la medida del hombre para perderse por las calles comerciales disfrutando al mismo tiempo de su oferta cultural y de los eventos festivos que se llevan a cabo a lo largo de todo el año. Siempre es un buen momento para visitar Girona, pero especialmente durante el mes de mayo, cuando todo el barrio antiguo se llena de perfumes y colores en la tradicional semana de la exposición de flores. Girona les ofrece también entre otras actividades el Festival de Músicas Religiosas y del Mundo, las Ferias de San Narciso o la procesión de los armados del Viernes Santo.
Una ciudad maravillosa, con un rico pasado histórico y un admirable conjunto monumental, centro cultural y lúdico que no se puede dejar de visitar. Como decimos los gerundenses, Girona me enamora.